
ILUSIÓN ROTA
La luna redonda alumbraba la senda dibujando fantasmas.
La luna me fascinaba, los altos árboles impedían verla y la miraba embelesada reflejada en un charco helado. Tenía una muñeca, yo nunca había tenido una muñeca, la luna me invitaba a cogerla.
—Coge la muñeca, rompe el hielo, es fácil— decía con una sonrisa.
Deseaba la muñeca pero no podía moverme. La luna seguía ofreciéndomela.
Rompí el hielo, el agua estaba sucia, no había muñeca y no veía la luna. Rompí a llorar desconsolada. Subí a la cama y traté de seguir durmiendo.
La luna me fascinaba, los altos árboles impedían verla y la miraba embelesada reflejada en un charco helado. Tenía una muñeca, yo nunca había tenido una muñeca, la luna me invitaba a cogerla.
—Coge la muñeca, rompe el hielo, es fácil— decía con una sonrisa.
Deseaba la muñeca pero no podía moverme. La luna seguía ofreciéndomela.
Rompí el hielo, el agua estaba sucia, no había muñeca y no veía la luna. Rompí a llorar desconsolada. Subí a la cama y traté de seguir durmiendo.
Fely Barrio
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