viernes, 23 de enero de 2009

CUENTO DE NAVIDAD, por Nely García



Cuento de Navidad

La ciudad, estaba adornada con luces y guirnaldas, pues la Navidad se anunciaba al pasar por algún comercio, se escuchaban villancicos. Florinda caminaba observándolo todo. Esa música tan pegadiza le traía recuerdos dolorosos. Eran muchas las Navidades vividas, y casi siempre eran iguales. La gente se afanaba por conseguir imposibles, algunos soñaban con la lotería, otros pensaban que en el año nuevo todo sería mejor y los menos querían simplemente pasarlo bien. ¿Cuánta gente querida ya no estaba? Eran muchos entre amigos y familiares que faltaban. Este recuerdo la sumió en la tristeza. La música continuaba con estribillos: “la noche buena se viene, la noche buena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos mas”. Esto mismo lo había cantado ella de joven, pero ahora tenía otro significado.
Cargada de nostalgia y abatida regresó a casa, se sentó en un sillón y se quedó dormida. Un niño en un jardín precioso cuidaba sus flores, se le veía feliz, algunas veces al cuidar una rosa se lastimaba, con sus espinas, y el niño lloraba, pero se reponía pronto y en su carita se adivinaba la tranquilidad. Se volvió hacia Florinda y le dijo:
—Me estas mirando, yo también te observaba cuando caminabas por las calles.
Ella le preguntó:
—¿Qué estas haciendo?
—Estoy cuidando mi jardín, él es mi vida incluido mi cuerpo, y las flores son todo lo que me rodea. A veces al cuidar alguna planta sin querer me lastimo. O al caminar por el suelo tan desigual me caigo y puede que llore, pero eso no tiene mucha importancia, pues la satisfacción que siento anula todo lo demás, y mi sentimiento irradia a todo el entorno. Yo siento su gratitud, y me recompensa. Ya sabes como vive la mayoría de la gente, siempre deseando algo nuevo, siempre corriendo hacia la felicidad sin conseguirlo. Absortos en esa persecución, se olvidan de vivir su vida, que es su cuerpo y su alrededor, o sea su jardín. Ya te habrás dado cuenta de lo efímero de la existencia, pues muchos conocidos tuyos ya no están. Debes aprender a cuidarte, y aceptar las cosas como son. Vivimos en un mundo que es dual, y se compone de contrarios que se complementan entre sí: Sabes que estás en la luz, porque hay oscuridad, si un día ríes otro llorarás, por lo tanto todo tiene la misma importancia. La clave esta en comprenderlo y aceptarlo. Cuando lo hagas sentirás un amor hacia tu vida, y cuidarás tus flores como yo. Recuerda: vive siempre el momento, pues el pasado solo es una referencia, y el futuro no existe.
Florinda se despertó con un sentimiento nuevo, tenía ganas de vivir, y pensó: Ese niño me ha dado el mejor regalo. Me ha hecho sentir la brevedad de todo, y no puedo desperdiciar nada.
Con alegría se puso a preparar la nueva Navidad. Con la convicción de que a partir de ese momento, cada amanecer será una sorpresa.
Mientras tuviera fuerza cuidaría su jardín.
Nely García


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nely ha enviado varias versiones de este cuento. Quizá esta no sea la definitiva todavía...

Anónimo dijo...

He disfrutado mucho leyendo estos trabajos, más, sabiendo que son personas de la tercera edad, deseosos de trasmitir sus experiencia a las futuras generaciones.
Mis felicitaciones para todos, especiales para la profesora, Elo.
María
24 enero de 2009