viernes, 23 de enero de 2009

HOMBRE SOLO, por Martín Félix

[Un grabado de Juan Carlos Mestre]

HOMBRE SOLO
Perdido entre la jungla
de la gente,
por angosta vereda
tenebrosa,
ardiendo en mil hogueras
va su mente,
su alma, desolada,
temblorosa.

Camina solitario entre
el gentío,
con su infinita soledad,
por compañía;
es su esposa la angustia
y la agonía,
es su dios su quimera
y su vacío.

Por el mundo ignorado,
se pierde en el océano
de la gente,
y más que un hombre
siente ser un bulto,
un objeto, un instrumento,
y a veces, tenue sombra
solamente.

Su vida nadie la percibe
o siente,
pues nadie en su vivir
repara;
es para el Mundo "gente"
solamente,
que es como no ser,
como ser "nada".

Buscando entre las olas
del gentío
una cálida mano, una mirada,
naufraga en el océano
de la gente,
y sólo encuentra soledad,
angustia, confusión...
(Un enjambre de garras
y de dientes.)

Por multitud de sombras
perseguido,
cual jauría de perros
iracundos,
ya por el tiempo malherido,
busca refugio, de su alma
en lo profundo:

El espacio es pequeño;
forcejea por hacerse un lugar,
un escondrijo,
y un olor nauseabundo
le persigue y acosa;
es olor a cadáver...
¡Es el hedor del mundo!
Mártín Félix

No hay comentarios: