viernes, 23 de enero de 2009

EL ILUSO, por Toñy Bayón

[El escritor suizo Robert Walser durante uno de sus paseos]


(Diario. Fragmentos
)

Hoy es sábado, me he levantado más pronto de lo normal, he espabilado a hacer mis cosas porque he de irme al pueblo. Lo hago siempre con alegría y buen ánimo ya que me gusta ir, veo a mi familia y disfruto de la naturaleza.
Como de costumbre nada más terminar de comer, di mi paseo, esta vez sin compañía, sola, pero disfrutando, voy inmersa en mis pensamientos, relajando mi mente, analizando el campo que tan bien conozco.
Corre una brisa que trae el olor del otoño, de las hojas ya caducas que van dejando a los árboles desnudos para brotar con más fuerza en primavera.
Apenas se oye algún pájaro, de los que no emigran, pero oyéndoles nos damos cuenta que ahí todavía hay vida, porque sin duda en este tiempo, en el campo, hay un gran silencio.
Domingo, lunes y martes por circunstancias personales no he podido ponerme a escribir, hoy es miércoles y ha sido un día normal, dentro de lo normal que puede ser ésta.
Se ha pasado bastante rápido ya que toda la mañana la he pasado fuera de casa.
He ido a yoga, actividad gratificante donde las haya; al mismo tiempo que estupenda para el cuerpo no lo es menos para la mente.
He salido muy relajada y contenta ya que hemos aprendido a recitar un mantra que sirve para relajar nuestra mente y regenerar nuestras neuronas.
He completado la mañana tomando un café con mis amigas, cosa que siempre hacemos al salir de clase.
La tarde ha sido tranquila, menos la primera parte que tuve que ir al médico a hacer una revisión y eso no me gusta nada.

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EL ILUSO

Qué gran iluso eres, ¿no comprendes que la redacción del Libro del Amor no es más que una falsa estrategia para hacernos creer que la felicidad se consigue fácilmente?
Sin embargo el gran logro de la felicidad se hace con pequeñas cosas, el día a día, está hecha de pequeños detalles. Todo ello unido a la libertad.
Ese sería sin lugar a dudas el gran campanazo de la felicidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El ejercicio propone llevar un pequeño diario, anotar algo cada día: una frase relacionada con el mundo propio y otra frase relativa a lo que sucede en el mundo exterior. Éste de Toñy es un ejemplo de concisión, en el que se dice mucho más de lo que se escribe, y en el que de alguna manera funciona el monólogo interior y se dibuja un personaje.

Anónimo dijo...

El título de 'El iluso' despista un poco, pero era el título del archivo en el que se encontraba el diario... así que ¿por qué no?
El paseo de este texto me recordó a Robert Walser, que fue todo un iluso a su manera.