lunes, 30 de noviembre de 2009

'Juanito el mosca', por PABLO BARRIO

JUANITO EL MOSCA
Por Pablo Barrio García


Sus padres le habían preguntado qué era lo que quería que le regalasen por su cumpleaños.

--Me da lo mismo porque lo que yo quiero nadie me lo puede dar, les contestó.

Porque lo que realmente quería Juanito era volar. Volar él solo con su cuerpo, como un insecto por ejemplo, no en un avión, no.

Pero aquella noche, dormido, se le apareció un genio que le dijo que le pidiese un solo deseo y le sería concedido. Juanito no lo dudó:

--Quiero volar con mi propio cuerpo. Pero solo unas horas ¡eh! Y luego volver a ser el niño de siempre.

--Bueno, rezongó el genio, son dos deseos pero soy generoso y diré que es solo uno. Prepárate que cuando diga las palabras mágicas, te convertirás en una mosca. Niño querer volar y mosca ser.

Juanito notó que su cuerpo se empequeñecía rápidamente. La metamorfosis se estaba produciendo. A los pocos segundos se vio convertido en mosca y posado en el embozo de su sábana.

Y empezó a volar sin ningún temor. Salió por la ventana y sintió la brisa del viento sobre su rostro de mosca. Pero notaba que, aún sin él quererlo, la luz le atraía. A lo lejos divisó una luz resplandeciente hacia donde dirigió su vuelo. Empezaba a tener hambre ya que, pensó, las moscas también tienen que comer.

Aquel resplandor era una hoguera. Ahora lo comprendió todo. Era la noche de San Juan. Alrededor de la misma había mucha gente. Varias moscas estaban merodeando por allí, libando de los manjares que las ropas de aquellos hombres les proporcionaban. Juanito, el mosca, se posó en la camisa de un niño, donde la suciedad de la misma le proporcionó la comida que estaba necesitando. A aquel niño mugriento no le importaba que las moscas se posaran también en su cara.

De pronto uno de aquellos hombres se levantó y se puso a bailar mientras otro cantaba con voz aguardentosa y los demás batían palmas. Tuvo que volver a volar porque el niño empezó a dar palmas también.

Decidió volver a gozar del placer de volar mientras volvía de regreso a su casa.

Le despertó la voz cariñosa de su mamá diciéndole:

--Felicidades, hijo mío. Ya eres todo un hombrecito. Hoy cumples diez años.

Juanito no contestó. No se le había borrado el sueño que había tenido, por lo que, recordando a aquel niño mugriento y harapiento al cual que no molestaban las moscas, atrajo hacia sí a su mamá y los dos se fundieron en un fuerte abrazo.

(Breve extracto del cuento “Juanito logra su deseo”)

'Vértigo', por ELENA ROBLES CASTAÑÓN



VÉRTIGO
El rápido tic tac de las horas
La luz renovada de la luna,
La melodía de colores en el espejo del sol,
La pasión en tus ojos,
La celeridad de mi corazón bombeando sangre
Una y otra vez.


Tantos pensamientos desordenados volando a través
Del espacio de mi mente.
Ese vértigo de vida, ese vértigo de muerte
Esa lucha cada día al borde del abismo,
A donde todo va indefectiblemente.
La náusea que provocan 1000 imágenes por segundo
Reflejándose en mi lente, acumulando datos de forma continua.
Las ciudades interminables,
Los sonidos estridentes,
La sinfonía del silencio,
La lentitud del sufrimiento,
Los cementerios de vida, los cementerios de muerte.

ELENA ROBLES CASTAÑÓN

¿Poema?
Agua
Sucio, tierra,
Ilusión.
Todo, vacío, nada.
Camino
Piedras, vacas
Tragedia, dolor.
Todo, vacío, nada.
Llueve
Sol, sombra
Amor, odio
Adiós.
Todo, vacío, nada.
Días, noches
Estrellas
Ambición, naturaleza
Muerte.
Todo, vacío, nada.
Miedo
Poeta, disfraz,
Tacto, migajas, sabiduría
Placidez.
Todo, vacío, nada.

NELY GARCÍA

jueves, 12 de noviembre de 2009

CAMBIO SUSTANCIAL, por Pablo Barrio García

CAMBIO SUSTANCIAL

Por Pablo Barrio García

Estaba pasando unos días en aquel pueblecito apartado de la civilización en casa de un amigo, tratando de sosegar mi angustia y mi decaído estado de ánimo, afectado sin duda por tanto lío como tenía en la cabeza. Pero aquel día en que decidí madrugar y salir al campo no se me olvidará fácilmente.

La vegetación era exuberante. Daba gusto sentir el rocío de la mañana en el rostro, mientras notabas que te invadía aquella sensación de bienestar tan agradable contemplando aquel paisaje.

Durante mi paseo, a lo lejos divisé un hombre, a quien me acerqué con el único objetivo de entablar una conversación. Pero aquel hombre, que por su aspecto exterior podía confundírsele con un pastor, resultó que tenía una amplia cultura y una charla de lo más amena, a través de la cual pude intuir que era plenamente feliz en medio de aquella espléndida naturaleza. Me dijo que había vivido en la ciudad pero que se había alejado de ella porque comprendió, durante unas vacaciones en aquel medio rural, que lo que realmente buscaba no lo podría encontrar nunca en una gran urbe. Y me confesó que lo que realmente le interesaba era la paz y el sosiego que se respiraba en aquel lugar, por lo que decidió dejarlo todo y vivir en plena naturaleza.

Yo le escuchaba atentamente y comprendí sus fundamentos, mientras me preguntaba si no estaba ante un caso muy parecido al mío. Porque mi caso era similar. Mi vida en la ciudad estaba llena de problemas que no conseguía descifrar, ni mucho menos resolver adecuadamente.

Entonces fue cuando lo decidí. No merece la pena, me dije, amargarte, si existe otra forma de vida diferente y que puede hacerte feliz. Después de la conversación con aquel desconocido cambió totalmente mi vida.

Actualmente llevo viviendo un tiempo en esta especie de paraíso y he de confesar que no he vuelto a tener tantos negros nubarrones dentro de mi cabeza como los que tenía cuando tuve la charla intrascendente con aquel hombre que parecía un pastor y que hoy es un gran amigo mío.

Bien sé que la plena felicidad no existe, pero lo que ahora siento puedo afirmar que es, según mi parecer, lo más cercano a ella.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

OTOÑO YA TARDÍO, por Nely García


Otoño ya tardío

Otoño ya tardío
Con las hojas a punto de caer,
Anuncian la muerte del estío,
El miedo de perder alguna hoja
A la rama la invade el aire frío.
Aún sabiendo lo efímero de vida,
Se niega al comienzo de otra herida,
Que hiele el corazón el crudo invierno
Y no pueda enfrentarse a la deriva.
¡Que triste sentimiento!
Al mirar lo débil de lo humano,
Aunque sabe el final de toda cosa,
Cree que lo suyo está lejano.

NELY GARCÍA

martes, 10 de noviembre de 2009

ESCRIBIR VERSOS, por Fely Barrio


Escribir versos

Para ti, mi canción desesperada y un poema
de amor. Escribir veinte sería, pulsar el arpegio
divino, hacer la tramoya perfecta, y en la escena,
sin que lo escrito suene a sacrilegio,
verter en el papel palabras, letras, silabas,
enamorar la música escondida
y en medio de la mar de las ideas,
ser bálsamo si el alma llora herida.
Es, hacer que la razón suene a locura,
desnudando el alma que se entrega
mendigando una pizca de ternura,
al corazón ingrato que partiera.
Amor, no sé decirte que te espero
con infinita angustia, siempre en tránsito
en nuestro mar azul, pero no puedo
navegar otro río que el de Heráclito.
FELY BARRIO

TRISTEZA, por Elena Robles Castañón



TRISTEZA
Melancolía amiga mía
te apoderas de mi esencia, bebes mis fluidos,
Y sales a mis ojos, derramándome,
Rodeándome, como el agua de mis sueños
Ese agua limpia y pura
Esa agua temida y oscura
La que me sumerge
La que me asfixia y a la vez
Me da la vida
Llueve en mis pensamientos y se me
Humedece el cuerpo
Fuente de vida
Mar de conflictos internos
Nadando entre la espuma y el viento
Renazco entre las olas de mis miedos
ELENA ROBLES CASTAÑÓN

lunes, 9 de noviembre de 2009

En siete versos, por MARÍA GLORIA LOMBANA


La vida sola no avanza
si nosotros no empujamos,
unas veces con fuerza inusitada
otras con inercia insultante y solapada,
pero siempre seremos impulsores
activos o pasivos,
porque somos homo sapiens, ¿o no?
MARÍA GLORIA LOMBANA

'Sensaciones', por OLVIDO ARGÜELLO GARCÍA

SENSACIONES

Partiendo de la nada, nací de un fruto
marchito, ¡hojas y lodo!
Paso a paso, crecí en un mundo
maldito, ¡desilusión sin fondo!
Vida de tristezas y penas
unas veces mías y otras ajenas
de barro están hechos mis pies
mis manos llevan cadenas.
De lágrimas sangre y sudor
alimentamos la tierra,
tierra que nos servirá
de olvido, de tumba eterna.
Partiendo de la nada, morí de un fruto
marchito, ¡barro y polvo!
Paso a paso, salí de un mundo
maldito, ¡esclavitud y lloro!
OLVIDO ARGÜELLO GARCÍA

'Nostalgia', por OLVIDO ARGÜELLO GARCÍA



NOSTALGIA
!Ay, si yo volara!
campos de mi niñez
flores de mi esperanza.
Creció el junco, creció el niño
murió la ilusión falsa.
Lejos estoy de mi tierra
lejos estoy de mi alma
partió mi juventud
quedó mi niñez intacta.
¡Oh, tierra de mi niñez!
¡Oh, mis montañas nevadas,
blancas como la luna
pasos de almas cansadas!
¡Ay, si yo volara!
Volvería a mi niñez
y que nadie me llamara.
Me dejarán mi ilusion
me llenarán de esperanzas.
Sería mas dulce la soledad
de mi corazón y mi alma.
¡Ay, si yo volara!
Sería como las aves
aunque ya no soñara.
¡Ay, si yo cantara!
OLVIDO ARGÜELLO GARCÍA

'Una página en blanco', por FELY BARRIO

Una página en blanco, se aquieta la vida;
te cincelé con un buril perfecto,
te he amado tanto que aún sangra la herida
y el corazón, entre latidos vive muerto.
Perdida estoy en medio de la nada,
estériles barbechos alimento,
en una noche hostil, sin alborada
rezuma dolor hasta el aliento.
No hay luz, el sol no abre postigos,
llora el llanto y llora el sentimiento
te sueño cada día sin testigos
y solo así no duele el pensamiento.
FELY BARRIO

viernes, 30 de octubre de 2009

El Taller y el Centro del Libro de León

Entra en esta nueva web del Ayuntamiento de León (haz click en la imagen)

Este fin de semana empezaremos a colgar algunos de los trabajos que hemos ido haciendo en esta segunda edición del Taller, que comenzó el pasado 27 de octubre.
Hoy sacan la noticia del taller en la nueva web Centro del Libro de León.

Por cierto, el Taller de Escritura Creativa se imparte este año de nuevo en el Centro Cívico La Asunción.
Los MARTES y JUEVES, de 11 a 12.30 horas.
Y este curso somos unos 16, nada más y nada menos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Parece que tendremos un nuevo Taller este año...



... Desde finales de octubre de 2009 hasta mayo de 2010.
Sí, queridos amigos y amigas, os mantendré informados/as.
De momento, he abierto un nuevo blog, titulado POESÍA DE LA EXPERIENCIA, para seguir aprendiendo, publicando y andando por el ciberespacio, que cada día surgen posibilidades hasta ahora desconocidas de comunicación, y nuevos formatos. Y HAY QUE SER MODERNOS!
Lo ideal sería que, este año, vosotros mismos pudiérais publicar textos e imágenes en este o en el otro blog, a ver a cual le cogemos más cariño, y a ver si logran mantenerse los dos.
Un abrazo grande a todos y a todas de
Eloísa Otero

miércoles, 27 de mayo de 2009

'PEQUEÑOS PLACERES', un nuevo cuadro de Nely García


Nely García nos envía esta fotografía del último cuadro que ha pintado.
Se titula 'Pequeños placeres'
(óleo sobre lienzo 92x73).

'DE LEJOS LLEGA UNA NANA', por María Gloria Lombana


DE LEJOS LLEGA UNA NANA
León, 19 Mayo 2009.
Sin olvidar las raíces.
María

Cuando la luna sale
y las estrellas brillan
mi niño va a dormirse
sólo en su cuna.

Pero todas las noches
alguien le canta
una nana que llega
de la distancia.
-- Duerme, pequeño, duerme,
sueña que sueña,
con las palomas blancas,
que son pureza.

Con los barcos que surcan
los grandes mares,
rumbo a lejanas tierras
de palmas reales.

Con un verde caimán
que está dormido
en playas transparentes
de arena fina.

Con un bello paseo
cerca del mar
al que alumbra en la noche
un faro real.

Cuando pase algún tiempo
tú irás allí
a encontrar tu pasado
y tu raíz.

La voz se va alejando,
el niño duerme,
soñando que mañana
la nana vuelve.

Fin

lunes, 6 de abril de 2009

LA FELICIDAD, por Fely Barrio

[Un cuadro del pintor iraní Iman Maleki]

*
LA FELICIDAD

La felicidad no se vende en tiendas, no tiene definición. En la vida todo es relativo al igual que es relativa la idea que cada uno tiene de la felicidad. Algunas personas la vinculan con el poder, la belleza, la fama, el dinero, una carrera brillante; otros la cifran en conocer mundo. Todas estas situaciones pueden ser integrantes de la felicidad, pero por sí solas no pueden suscitarla.
Buscamos la felicidad tan afanosamente como la ola busca a la playa y tal vez su esencial particular sea la idoneidad, su forma intermitente de aparecer y desaparecer en nuestro camino a lo largo del tiempo vivido. Nos pasamos la vida intentando encontrar la felicidad en cosas grandes, y se encuentra en cosas tan pequeñas que a veces pasa a nuestro lado y no la vemos, no nos damos cuenta que la felicidad está en pequeños momentos vividos en el día a día, pequeños momentos que nos alegran la vida: como leer un libro a la sombra de un árbol escuchando el sonido del mar, oír una sentida canción, ver el sueño tranquilo de tus hijos, jugar con ellos, tomar una taza de café con un amigo/a, una caricia, un beso, una mirada del ser amado, un día de sol, la lluvia, el canto de un pájaro, sentirse en paz y mil pequeñas cosas en las que apenas reparamos, y será más feliz la persona que atesore más momentos felices. Vivir estos momentos es más positivo que correr al abordaje de la felicidad.
La felicidad es una situación en la que la persona aúna materia y espíritu, lo cual llevará a momentos mucho más placenteros si son compartidos con la persona amada, los amigos, la familia. La felicidad no es constante, hay momentos felices e infelices y paladearemos mejor la felicidad mientras más de estos momentos vivamos.
No todos los momentos gratos nos dan la felicidad, del mismo modo que no podemos asegurar que siempre hemos sido felices o infelices. La felicidad la llevamos dentro de nosotros y ser felices depende en parte de nosotros, de la forma de ver la vida, de sentirse en paz con uno mismo, a veces la soledad proporciona momentos de felicidad. Según mi forma de pensar la felicidad verdadera consiste en darte a los demás, poner todo lo que sepamos y podamos para que llegue a todas las personas, pero mientras no se despierten las conciencias y midamos a todos con la misma vara la felicidad será incompleta.

Fely Barrio

LIBERTAD E IGUALDAD, por Olvido Argüello


LIBERTAD

Soy una mujer, que tengo 58 años, y llevo desde que tengo uso de razon luchando por la libertad y la igualdad de la mujer. Pero ¡ojo! yo no entiendo la libertad ni la igualdad como la entienden los políticos, la justicia, las feministas, ni muchos hombres ni muchas mujeres. Porque todo esto que ellos dicen, no sirve de nada.
Si una mujer, para ser igual que un hombre, hace las mismas tonterías que él o se comporta como él, eso no es ni libertad ni igualdad, eso es ser exclavo de todo lo que enseña el sistema político y religioso. Para ser tú libre no puedes apresar al otro. Para ser tú igual, no puedes comportarte como el otro se porta contigo.
Ni la libertad ni la igualdad han existido, existen o existirán, mientras el mundo esté regido, como siempre, por los mismos intereses de los poderosos sobre el pueblo llano; por eso es por lo que han dado el poder al hombre sobre la mujer, así, aunque el hombre sea esclavo de los mandatarios, al poder mandar, regir y maltratar a la mujer, se sentirá superior y no malgastará su energía y su inteligencia en ir en contra de los poderosos. Por lo tanto, para mí la libertad y la igualdad son lo que yo, en particular, hago con ellas, y es el poder pensar, actuar, hablar y llorar con libertad.
Olvido
(8 de marzo 2009)

LA FELICIDAD, por Mártin Félix


LA FELICIDAD

León, 20 de Marzo 2009

"Felicidad", inefable y hermosa palabra, y sublime concepto. ¿Quién no la busca y persigue durante toda su vida? ¿ Quién siente haberla encontrado, sino en un chispazo que se diluye con la brevedad del rayo, aunque nos ilumine el alma y nos haga vibrar por un instante?

Felicidad, nada en la vida tan perseguido por todos y tal difícil de alcanzar, y más aún de retener. Nada tan buscado por tantos y tan diferentes caminos: el de las riquezas, el del Poder, el de los placeres, y tantos y tantos otros. Todos equivocados, infructuosos. Alguien ha dicho que el camino a la Felicidad es el de no buscarla para uno mismo sino para quienes nos rodean.

"—Si quieres ser feliz, como dices,
a quienes te rodean haz felices".

¿No será el Amor, en su más amplia acepción, el único camino que conduce a la Felicidad?. Tal vez el Amor y la solidaridad. Pero dejamos que cientos de millones de seres humanos, en este mundo "civilizado" clamen amor y solidaridad en la más absoluta carencia, ya no de Felicidad, sino de lo más básico y simple como son los alimentos, el agua, las medicinas... Cientos de millones de seres humanos que quizás sólo sean "felices" en el instante mismo de su muerte, la que aceptarán como la liberación.

"La felicidad no consiste en tener lo que se quiere,
sino en querer lo que se tiene".

También esto se ha dicho ya, pero ¿y quienes no tienen nada? Tantos y tantos millones en el mundo que mueren de inanición, de enfermedad, sin medicamentos, de abandono o de tortura.

Tal vez la mayoría de nosotros seríamos algo más felices, simplemente con que miráramos un poco más a los que menos tienen, y valoráramos más lo que tenemos y menos lo que nos falta.

De todas maneras, para mí, que la felicidad plena es una utopía; es como el señuelo para los galgos en carrera: por más que se esfuercen nunca lo alcanzarán.

¿No será que la sabia Naturaleza utiliza la Felicidad como señuelo inalcanzable para que nos esforcemos en buscar el verdadero camino, el camino de las virtudes (el Amor, y la Solidaridad), que tanta falta nos hacen?

MARTÍN FÉLIX

'LA FELICIDAD OCULTA', por Olvido Argüello García

[Los Barruecos, Museo Vostell. Malpartida (Cáceres). Fotografía de E. Otero]

*
LA FELICIDAD OCULTA

Voy buscando un amor
es imposible encontrarlo
puesto que somos humanos
y no nos damos calor.

Andamos sin rumbo fijo,
nacemos sin un camino,
vivimos sin una vereda,
y morimos sin fe en el mundo.

Tenemos muchas preguntas
nos molestamos por todo
vivimos con una mentira
como en un pozo sin fondo.

Todo a nuestro alrededor
es soledad manifiesta
un eterno vacío oculto
nos abraza y nos rodea.

Nada podemos hacer
si miramos siempre a la luna,
nada debemos decir
si nos comemos la vida.

Cómo encontrar felicidad,
cómo poseer esperanza,
si no encontramos la luz
y nos maltratan el alma.
OLVIDO ARGÜELLO

domingo, 1 de marzo de 2009

CONCURSO: Escribe una página de una novela de LORENZO SILVA

PARTICIPA | Hasta el 15 de marzo

Escribe la página 237 de la novela de Lorenzo Silva, 'El Blog del Inquisidor'

  • El texto ganador se publicará en (haz click:) elmundo.es

jueves, 26 de febrero de 2009

Un cuadro de JULIEN DUPRÉ en un mail de María Gloria Lombana


"Un cuadro de JULIEN DUPRÉ, pintor francés del siglo XIX, quien supo como ningún otro recrear en el lienzo la vida de los humanos y animales en el campo"

*
LA SIEGA
por María Gloria Lombana
Miami, 11 febrero 2009
Ante los cuadros de un gran pintor

Y cuando el grano del trigo se separa,
cuando quedan en las eras las gavillas alineadas,
mientras los rayos del sol queman su espalda,
es cuando todo convive, la risa, el amor y hasta las lágrimas.

Esos segadores que reflejan los cuadros,
esos campos amarillos que desgranan,
esos jóvenes escondidos tras montones de paja,
y esos amores que duran mientras la siega avanza.

PESARES, por Olvido Argüello García


PESARES
Por las mañanas, solo se ven dudas
de una vida sin sentido y poco
duradera.
Somos una penumbra de vacilaciones
e incertidumbres, muy poco sólidas.
Solo los valientes se pueden emplear
en la lucha de los tontos.
Los más idiotas estan en las alturas
ahogando las decisiones de los más
audaces.
El sol por las mañanas llora de soledad,
y por la noche se esconde como si fuera
un cautivo.
Todo es una efimera ilusión, una sorda
villanía sin una sola pasión.
La verdadera entidad nace de una
costumbre, malcría la vanidad
deshace la realidad, maldice y
crepita la lumbre.

lunes, 23 de febrero de 2009

Un pequeño reportaje en EL MUNDO de LEÓN


[Publicado el 17 de febrero de 2007]

miércoles, 18 de febrero de 2009

SOLO SUEÑO / Del PEQUEÑO LIBRO de Martín Félix (1)


SOLO SUEÑO


Estoy cansado de ayer,
de anteayer, hoy y mañana,
embriagado de desgana
y harto de sabor a hiel.

Del desaliento poseso,
veo estrechárseme el camino
al que me empuja el destino
y soy cada día más preso.

Monte al que soñé subir
inalcanzable hoy lo veo,
y escalarle ya no creo
sin que acabe mi vivir.

Más del desmayo a pesar,
voy mi camino soñando,
y en mis sueños voy penando
por no poderlo alcanzar.

¡Oh, crueldad del destino!,
¿por qué es tan iluso el sueño,
tan atrevido el empeño,
y tan incierto el camino?

Si es tan incierto el camino,
y es tan engañoso el sueño,
es estúpido el empeño que
haya de frustrar el sino.

Mi sueño alma es de mi vida,
mi vida, horror de mi sueño,
y el cruel destino, mi dueño,
de mis sueños homicida.

Cruel destino, cruel dueño,
dale vida a quien la quiera,
que toda vida es quimera.
¡A mí dame sólo sueño!

Martín Félix

jueves, 12 de febrero de 2009

MIRADA EN EL ESPEJO, por Nely García


[Nely nos ha enviado esta fotografía
del último cuadro que ha pintado hasta ahora]

~

Mirada en el espejo

Estoy viendo a una joven en París con su familia.
A su vida le faltaba algo. De pronto, descubrió el arte y la deslumbró y apasionó con fuerza inesperada. Logró un cierto reconocimiento, pero aún no se sentía completa.
Sus ojos tropezaron con el título de una obra literaria -TOUT-LE LIVRE DES POSSIBILITÉS-. Aparcó la pintura, para investigar sobre el significado de la vida.
Pasaron los años. Se mira en el espejo, y ve a una mujer mayor, introduce la vista en su interior y piensa: sigo siendo igual de ignorante, y sin embargo... –no soy la misma—.
Me siento feliz haciendo lo que me gusta, que es expresar mis sentimientos, por medio de la pintura y la literatura, y siento amor por la vida.
Creo que tengo todo lo que necesito.

Nely García

miércoles, 11 de febrero de 2009

... Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON, por María Gloria Lombana


... Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON

León, 13 de noviembre de 2007 (martes)
Para ese amigo que sueña con su vida futura.
María
Te imagino, escribiendo febrilmente,
mientras rompes prejuicios y cadenas,
construyendo tu vida de futuro,
alejado de gritos y peleas.

Para esconder la soledad de los afectos,
te aferras al amparo del amigo,
suples la frustración de tu pasado,
soñando con la mujer que tanto anhelas.

He viajado contigo y con tus sueños,
conocí a tus amigos inventados,
me emocioné con tus ideas solidarias,
compartiendo la vida que has creado.

Por todo lo que he dicho y lo que callo,
debes saber que tus libros me han gustado,
un consejo he de darte, amigo mío,
¡no dejes de escribir!, ¡sigue soñando!.
María

TIEMPO ESTIVAL, por Nely García

[Un óleo de Nely García]

Tiempo estival


Tiempo estival caluroso, nostálgico, incierto,
recuerdos añorados del pasado consciente,
vivencias idealizadas con miradas al presente,
con risas entusiastas del mundo adolescente,
y me pregunto: es cierto?
o es la rueda que gira perdiéndose en el tiempo.

Cuando el humo se aleja se disuelve en el aire,
cuando el fuego se apaga siempre queda el rescoldo,
y otra chispa lo enciende
con nuevas alboradas y un recuerdo que hiere,
se repiten vivencias, ilusiones, anhelos,
de lejos lo estoy viendo,
y me voy apartando,
y nuevos ramilletes de claveles y flores,
realizan su momento.

Y afloran reflejos de veranos inciertos,
de niña que soñaba con amores y besos,
de descubrir el mundo, de volar como el viento,
acaso lo he soñado? acaso ha sido cierto?
una niebla me envuelve, pues soñados o ciertos
pertenecen al pasado ya tan lejos... tan lejos.....

N. G.

EJERCICIO: Completar un relato de Juan José Millás... por María Gloria Lombana

Regresaba en mi coche, después de dejar a mis amigas en sus casas, conecté la radio, una voz de mujer estaba contando su historia, se notaba triste, cansada, como si la vida hubiera terminado para ella. Decía:
—... la encontré, estaba delgada, casi transparente, tenía las ropas sucias, solo sus grandes ojos verdes despedían una tenue sonrisa, nada dijo, nada pidió, pero no podía dejarla allí, y más sabiendo que fui la causante de aquél deterioro... La abracé con ternura y la llevé a mi casa, se la presenté a mi esposo, le expliqué queu era una amiga que me necesitaba, él no dijo nada... (hizo una larga pausa, mi curiosidad crecía).... la cuidé, sí, la cuidé con el amor, me dedique a ella, ya no importaba nada, estaba ahí cerca de mí, me necesitaba, la amaba, siempre la amé, pero no fui capaz de luchar contra los prejuicios de la sociedad y me escondí detrás de un matrimonio convencional... por eso, un día, después de algunos meses decidí cambiar mi vida, busqué un trabajo, alquilé un apartamento, viví mi propia vida, junto a ella... hoy recogí sus cenizas... las llevaré al cementerio... en mi casa siempre habrá una rosa... de distintos colores.... como era ella...
Se calló, no dijo nada más. Era suficiente. La vida le dio una oportunidad, ella supo aprovecharla.
No sé por que relacioné esta historia con el relato de Juan José Millás que leímos en la tertulia de Escritura Narrativa, y pensé: ¿por qué no?
María

— — — — —
NOTA:
En ejercicio consistía en trabajar sobre este pequeño Articuento
de Juan José Millás, y completar la historia,
contando lo que podía haber sucedido en medio:

Escribir [I]
Hace poco, un oyente telefoneó a un programa de radio y contó que su matrimonio había empezado a naufragar el día en el que su mujer llevó a casa a una amiga anoréxica.
—¿Qué sucedió? —preguntó la locutora.
—No se lo puedo decir porque a mi esposa le gustaba mucho la radio y quizá me esté oyendo. La cuestión es que las cosas se empezaron a complicar y ahora vivimos separados.
La audiencia, a juzgar por las llamadas posteriores, se quedó muy intrigada y yo pensé que aquel hombre nos había dado una lección perfecta de cómo comenzar un relato. Las situaciones de partida son así de gratuitas, así de normales también. Y cuando digo normal no pierdo de vista desde luego el grado profundo de anormalidad que subyace en la vida cotidiana, aunque hayamos desarrollado mecanismos para no percibirla. El acierto de este hombre consistió en contar algo que estaba en la frontera de lo vulgar y lo extraño. Parece que estoy viendo la escena:
—Mira, Javier, ésta es mi amiga Rosa que como puedes ver es anoréxica y ha venido a pasar unos días con nosotros. Dormirá en el sofá cama del cuarto de estar.
—Encantado.
No es difícil imaginarse a los tres en el tresillo, viendo la tele. Rosa, muy delgada, permanece entre los dos, sin probar los aperitivos que la mujer de Javier ha puesto sobre la mesa. Javier está un poco violento, pero al mismo tiempo orgulloso de que su esposa intente ayudar a una amiga. Él mismo, sin darse cuenta, ha empezado a urdir algunos modos de obligarla a comer. Una situación normal, de gente normal: se respira una atmósfera de clase media absolutamente familiar. Javier, seguramente, es funcionario. A los tres meses, sin embargo, Javier vive solo en un apartamento y se dedica a telefonear a las emisoras de radio para contar que su matrimonio ha fracasado. Ahora estamos ya frente a una historia de terror. Sólo hay que escribir lo que ha sucedido en medio. A ver quién se anima.
———
* JUAN JOSÉ MILLÁS. (Articuentos. Alba Ed. Barcelona, 2000)


POBRES POR TONTOS, por Martín Félix


POBRES POR TONTOS
(Una versión leonesa
del cuento 'Los tres deseos')


Hace ya muchos años, en la montaña leonesa y en zona de pastoreo, vivía un matrimonio de ancianos, tan pobres, que sólo tenían como medio de subsistencia una sola cabra, y vivían en una cabaña con las paredes de adobe y el techo de paja.
Tino y Tana, que así se llamaban —pues hasta en el nombre eran pobres—, contaban a los pastores que por allí se acercaban apacentando las ovejas que ellos siempre habían sido tan pobres porque no habían tenido suerte en la vida, pero sobre todo por ser tontos, o mejor dicho, porque lo habían sido de jóvenes, ya que habiendo tenido la fortuna al alcance de su mano, no supieron cogerla.
—¿Cómo fue eso?— les preguntó uno de los pastores que apacentaba sus ovejas cerca de donde ellos tenían su morada.
—Pues sí— dijo Tino, el pastor de una sola cabra —, tuvimos la fortuna al alcance de la mano, y por esta tonta la dejamos escapar.
—Por ti— dijo la anciana Tana a su marido. —Tú tuviste la culpa. Si tú no te hubieras metido habría sido mejor.
—Bueno— dijo el pastor de las ovejas, intrigado de curiosidad. —¿Podéis contarme de una vez cuál fue la historia?
—Es es el caso— dijo la anciana Tana con cierta pesadumbre —que siendo aún jóvenes, estábamos un día al pie de esa loma (y señaló una loma próxima) con la cabra y lamentándonos de nuestra extrema pobreza, cuando nos sucedió algo increíble: de repente, delante de nosotros apareció como una nube de luz brillante, muy brillante, y en el centro de esa luz vimos como un ser extraño, que yo no sabría explicar, que nos habló con una voz misteriosa, como de música: "Soy el hada de vuestra suerte", nos dijo. "Os concederé tres deseos. Sólo tres. Después desapareceré para siempre. Pedid".
—Yo, cegada por el hambre, grité: "¡Un salchichón!", y éste apareció enseguida en mis manos. "¡Ojalá se te pegue a las narices!", dijo enfurecido este tonto de mi marido. Y se pegó tan fuerte que no me dejaba respirar. "¡Que se me quite esto, que se me quite...!", grité yo. Y se me quitó, y el hada desapareció, y nunca más la hemos vuelto a ver por más que la hemos llamado...
—En verdad, que sois tontos de remate— dijo el pastor de las ovejas dirigiéndose con ellas, precipitadamente y con los ojos llenos de codicia, hacia la susodicha loma.
Martín Félix

NACER Y MORIR / MORIR Y NACER, por Martín Félix



NACER Y MORIR
MORIR Y NACER

Toda la vida es morir
y nacer, continuamente.

Muere el niño para dar
al adolescente vida,
y acosado éste de heridas
que son el fruto del tiempo,
engrendra otro nacimiento
que es sepultura y partida.

Sepultura adolescente,
antesala juvenil.
Toda la vida es morir
y nacer, continuamente.

La juventud, con su muerte
da vida a la edad madura.
¿Es la edad de la cordura,
o la rampa descendente?

El renacer, con los años
se va haciendo perezoso,
el vivir, más angustioso,
y el morir, sólo morir.

Y se empieza a perecer,
cuando el renacer constante
se detiene en un instante
y no vuelve a aparecer.

Frecuente fue mi morir,
frecuente mi renacer,
pero dejé de morir
y hoy vivo mi perecer.
Martín Félix

Con 6 palabras, por Olvido Argüello


Cuando se ama, se pierde amor.
La amistad es como tener fe.
El agua clara puede ser turbia.
La poesía sabe hablar muchos idiomas.

TRISTE RECUERDO, por Fely Barrio

Triste recuerdo

Enséñame a borrar de mi recuerdo

la ternura de tu mirada azul,

la hondura de tu amor inmenso,

el surco fértil sembrado de luz,

el temblor de tu mano estremecida

tantas noches sin sueño conjugando el amor.

Una mañana triste llegó la despedida

se acrecentó el abismo, se deshojó la flor.

Y pasarán los días, las semanas y años

y manará la fuente y florecerá abril

y yo pavesa rota te seguirá esperando

y pasaré la vida pensando solo en ti.

El espejo roto ya no refleja auroras,

se apagó el rumor de la cantora fuente

en extraño silencio pasan días y horas,

me aferro a tu recuerdo infatigablemente,

voy en pos de una huella de apasionado amor,

sigo soñando un sueño que no ha de volver

no sé si te amaría con toda la razón,

pero sé que a nadie como a ti he de querer.

Fely Barrio

LOS MAYORES EN LA ACTUALIDAD, por Nely García


Los mayores en la actualidad

Las sociedades ubicadas en el llamado primer mundo tienen una media alta de calidad de vida, y por consiguiente también los mayores. La esperanza de vivir es más elevada, y aunque tenemos limitaciones relacionadas con el físico, conservamos la ilusión de aprender y disfrutar por medio de viajes y actividades diversas. Todo esto es posible porque lo básico esta cubierto (aunque puede haber excepciones), la felicidad es personal pero el nivel económico ayuda. No obstante personalmente creo que reflejamos una percepción por el resto de colectivos, como ciudadanos de tercera o cuarta; el otro día escuché en una cadena de televisión un comentario refiriéndose a los jubilados: "son cantidad, juegan a la petanca, y se visten casi todos igual". Esta reflexión me pareció extremadamente despectiva, y me hizo pensar sobre la forma que tienen las autoridades de agruparnos. No hay intercambio de conocimientos entre jóvenes y mayores, ¿acaso la experiencia no es importante?. En la antigüedad los jóvenes pedían consejo a sus abuelos para las decisiones difíciles, siempre enriquece el intercambio de opiniones.

También existen grupos con potencial creativo importante, y ahora le pueden dedicar el tiempo que no tuvieron antes, pero tienen dificultades para ubicarse en el sitio adecuado.
Las personas competentes deberían tener en cuenta la diversidad a la hora de preparar las actividades, y dividirlas en motivación y nivel, de esta manera a los que tengan inquietudes darles la oportunidad con medios adecuados para enseñar sus trabajos (y no mojarles el chupete con azúcar para entretenerlos). Una sociedad avanzada se reconoce por las oportunidades que concede y las creaciones que deja, sin tener en cuenta la edad de los autores, o si la tendencia estaba en esos tiempos.
Si los jóvenes representan el futuro nosotros, mientras tengamos fuerza de expresión, somos el presente.

Les presento un pequeño poema que canta nuestra situación:

Las aguas pasan, y pasan,
siempre mirando el camino
van salvando los obstáculos, tropiezan,
aprenden de sus caídas,
cumpliendo así su destino.
Si alguna vez dan la vuelta,
obligadas por el viento,
se encuentran con aguas nuevas
en alegre movimiento
que van cantando orgullosas
las tendencias del momento,
sin comprender que las viejas
pasaron por esos tiempos.
Cuando están llegando a puerto
sus gargantas siguen vivas,
y cantan a plena voz
las experiencias vividas.
Pero surgen los guardianes
quizás con buena intención,
para llevar el rebaño,
en la misma dirección.
Nely García

CONFIDENCIAS A UN ÁRBOL, por Fely Barrio


CONFIDENCIAS A UN ÁRBOL

El otoño como un niño vacilante da los primeros pasos. Han mermado los días, el relente se asoma por las noches anunciando su llegada. A María se le hace más largo el paseo por el parque. Siente frío y cansancio, se sienta en una piedra al sol que calienta tímido la tierra y deja volar sus pensamientos. —Pronto los árboles perderán la hoja, las aves emigrarán a climas más calidos, nos visitará la nieve, el frío calará los huesos y no podré salir a pasear.

—Abuela, abuela...
¡Era su nieto! Al oírlo, María no sintió el dolor de los huesos, se levantó rápida y caminó hacia donde venía la voz, lo llamó una y otra vez, miró en todas las direcciones sin verlo. Desanduvo despacio el camino, ahora sí sentía el dolor de los huesos y del alma, pasó la vista anhelante por los alrededores y se sentó desalentada. He oído su voz, repetía, negándose a admitir que su imaginación y los deseos que tenía de escuchar esa voz le habían jugado una mala pasada.

Aunque en invierno no podrá pasear por el bosque las hojas del calendario caerán más deprisa de lo que María quisiera. Pasará el otoño, pasará el invierno con la Navidad, llegará la primavera y vestirá con hojas nuevas a los árboles, retornarán las aves que no queden exhaustas en el camino. ¿Volverá la golondrina que tiene su nido justo encima de la ventana de su alcoba? Y, por el árbol centenario ¿seguirá fluyendo la savia? A ella le parece que cada año tiene menos hojas. Se acerca al árbol y acaricia su tronco con ternura. Hola viejo amigo, llega otro invierno, será duro para los dos y aunque ambos hemos andado mucho camino tú me sobrevivirás y será perfecto, porque tú no notarías mi ausencia, en cambio si te secaras, yo añoraría tu sombra en verano, tu tronco rugoso y cálido, tu esbelta figura a pesar de los años. Envidio el sitio que ocupas, un lugar que te pertenecerá mientras reverdezcan tus hojas, del que no te trasladaran para llevarte a otro desconocido donde no reconocerías la lluvia que te riega, el viento que mueve tus hojas, el sol que te da vida, los juegos y las risas de los niños, el rumor de la fuente, los cantos de los pájaros, ni la mano que roza tu tronco aunque sea torpe como la mía. En cambio a mí me llevarán a un lugar, tal vez bonito, donde me tratarán bien pero no será el lugar donde ha transcurrido mi vida, la lluvia, el sol, la fuente, la luna, los pájaros, no serán los mismos, no estará mi familia a la que cada vez veré menos, seguiré oyendo las voces queridas llamándome y serán fruto de mi imaginación.

¿Te conté que he visto el eclipse de sol? Mi memoria ya flaquea. Lo vi por la tele porque no tenía las gafas especiales necesarias para mirar al sol. Aunque fue un eclipse parcial me causó una impresión extraña ver que oscurecía a medio día.

Muchos días María subía al desván (su rincón mágico como ella le llamaba). Le gustaba ese lugar, recordaba las horas que pasaba allí siendo niña. En el desván cobraban vida todos sus sueños. Había un baúl con disfraces de carnaval y se disfrazaba de mil maneras: de guerrero que luchaba contra las injusticias, de Juana de Arco moderna peleando con la palabra, venía Peter Pan e iba con él al país de Nunca Jamás a derrotar a Garfio, llegaba Bamby con todos sus amigos y todos los personajes de los cuentos, hasta el ratoncito Pérez tenía en el desván los dientes que se les caían a los niños y él recogía cuando les llevaba el regalo. ¡Tenía un montón increíble! Muchas veces subía con su abuela que era la única que la comprendía a pesar de su edad, porque con sus padres no había forma de entenderse y todo porque sus dos hermanos eran unos privilegiados y ella no estaba de acuerdo. Ellos tenían que estudiar, pero ella aprender a coser, a guisar, a hacer las labores, para casarse y ser una mujer de su casa.

—Yo quiero ir a la universidad como mis hermanos, soy una persona como ellos.

—A las mujeres no les hace falta para nada ir a la universidad. Tú aprende a llevar una casa para ser una mujer como Dios manda igual que tu madre y no se hable más.

—No entiendo que por ir a la Universidad no se sea una mujer como Dios manda.

—Yo, la verdad, un hombre que te anule, que tengas que ser un reflejo de lo que él es, lo tiran en un bautizo y no me agacho a cogerlo— pensaba la niña.

—Niña pon la mesa, niña trae agua, ¿no oyes que tu hermano pide sal? Niña, niña, niña...

—Que vaya él por la sal que tiene dos piernas y dos manos como yo.

Voló una torta por el aire que no llegó a su cara porque se agachó rápida.

—Que alto está el desván, parece que le han añadido escaleras—. Cuando llegó arriba suspiró aliviada y se sentó en el rincón de siempre. Un rayo de sol entraba por la ventana, sumiéndola en una dulce soñolencia.

—María, María, abre la ventana que traigo unos cuantos dientes.

—Espera que cojo una banqueta que no llego a la ventana.

—¿Porqué no entras por la puerta?

—Porque vienen todos tus amigos a ayudarme a colocar los dientes, y a Peter Pan le gusta entrar por la ventana.

Llegó la primavera, María volvió a pasear por el bosque. Se acercó al viejo árbol y pasó su mano por el tronco ¿Como estás viejo amigo? Te he añorado mucho. ¡Que rápidos pasan los días! La Navidad ha llegado y ha pasado. No son las Navidades las fiestas que más me gustan, por un lado me producen tristeza porque siempre falta algún ser querido; en cambio vistas desde otro punto se reúne la familia y son días felices en particular para los niños. Tengo que contarte muchas cosas, pero la principal es que he visto a Peter Pan, a todos mis amigos de los cuentos y el ratoncito Pérez ha llevado un montón de dientes al desván.

Fely Barrio

AQUELLO QUE NO QUIERO, por María Gloria Lombana


AQUELLO QUE NO QUIERO
León, 6 de Septiembre 2008.
Los pensamientos que quiero ocultar.
María

No quiero mirar atrás,
ni vivir de los recuerdos.

Yo quiero seguir andando,
sin rencores y sin miedos.

No quiero que se me olviden,
aquellos que me quisieron.

Yo quiero sentir sus brazos,
cobijando mis desvelos.

No quiero ser carga alguna,
para mis hijos y nietos.

Yo quiero seguir luchando,
seguir amando y riendo.

No quiero ser rencorosa,
con los que daño me hicieron.

Yo quiero ser generosa,
y ver siempre el lado bueno.

FIN

SIN RUMBO, por María Gloria Lombana


SIN RUMBO

León, 31 de Diciembre de 2007.
Con la esperanza de poder anclar.
María

La noria, gira que gira y así, cambió mi destino,
la brújula fue mi guía, ella trazó mi camino.

Ese vagar constante, ese romper barreras,
ese deambular entre distintas tierras.

La búsqueda obsesiva de una pareja estable,
o tal vez el cobijo de unos brazos amables.

Esas pequeñas cosas que conforman mi vida,
el mirar adelante que me sirve de huída.

Siempre yendo y viniendo, atravesando mares,
entre culturas varias, en diferentes lugares.

Son las cosas que tengo para llegar al puerto,
allí, tiraré el ancla y sembraré mi huerto.

FIN

EL TIEMPO, por Nely García

[Un óleo de Nely García]


EL TIEMPO

Juguete del tiempo soy
recuerdo de mi alborada,
perdida en mi noche estoy
sabiendo que no sé nada.

Mañana radiante fui
y también tarde nublada,
en el ocaso intuí
la importancia de la nada.

Un pájaro de altos vuelos
yo me sentí en primavera,
y en verano mis anhelos
se truncaron en quimera.

Y a finales del verano
nueva ilusión descubría,
y tendiéndole la mano
luces y sombras veía.

Entre dolor y placer
mi camino recorría,
llegando al atardecer
una luz nueva sentía.

En sentimiento trunqué
mis ambiciones pasadas,
y en el amor yo busqué
las transcendencias ansiadas.

Y el tiempo sigue jugando
su paso deja mi huella,
y en mi noche yo esperando
que me ilumine mi estrella.

ASAÍ, por Felisa Fernández Cabañas



A S A Í
-relato navideño-

Paseo del Empecinado. 7 de la tarde de finales de noviembre.

Salía de mi clase habitual de voluntariado. En la puerta había un hombre pidiendo —también habitual—. Me dijo algo así como “dinero para viaje”. Me desentendí y seguí adelante.

La tarde en Burgos, un día de noviembre, se convierte en noche muy deprisa. Un aire frío y húmedo me daba en la cara. Solo veía luces. Luces de coches, luces de farolas, luces de escaparates... Y en el parque sombras grandes, oscuras, una muralla enorme de árboles alineados a lo largo de la acera que me tapaba la catedral. Andaba despacio —un agudo dolor de pies me impedía acelerar— y otro dolor dentro, como si el cursor de la pantalla de un ordenador se me hubiera metido y se moviera haciendo clip en mi pecho. Y me iba abriendo diálogos y monólogos.

—“Estoy deseando llegar a casa y quitarme los zapatos”.
—“Y ese hombre, ¿tendrá casa?"

No sé por qué me volví. No pensé nada. Fue un impulso.
Todavía estaba en la puerta el hombre cogiendo algo de comida que le daban. Me quedé parada mirándole. Era joven, moreno de tez y facciones que denotaban su raza africana, de aspecto cuidado pero con retraso de aseo en ropas y piel. Rechazaba parte de la comida porque su religión le impedía comer algunos alimentos y hablaba medio dominando la lengua en la que se quería expresar. Sabiendo de antemano que le iba a proporcionar el billete, le pregunté a bocajarro:
—“¿A dónde quieres ir?”
—“A Pamplona”.

Desconocía el motivo del viaje pero me fui con él a la estación a por el pasaje para la ciudad navarra. Así empezó un paseo por la ciudad con Asaí.
No era muy agradable caminar por esas calles solitarias en una noche tan negra y tan desapacible. Fuimos por el seminario y nos adentramos en la calle de la estación por la que solo se veía algún estudiante con su macuto y su gorro.
Supe que llevaba varios días en Burgos y que ya no podía dormir en el albergue porque se le había terminado el cupo, que se quería ir a Pamplona para arreglar “los papeles” y luego a Jaén “a la aceituna”, que necesitaba ganar algún dinero para mandar a sus hijos que estaban allá, al otro lado del estrecho.
No había tren esa noche y nos fuimos a buscar un lugar para dormir donde no le exigieran documentación.

Pasamos el Carmen y la vía. La gente se arrebujaba, tapándose la boca para evitar el aire frío, pero yo no notaba nada. Me absorbía la historia de aquel hombre, una de las miles historias de los que cruzan el mar buscando la vida.
Conocí las pensiones baratas de los alrededores, en el barrio de S. Pedro y S Felices. Y vi a la gente que se hospedaba allí. Hombres silenciosos, grises, como “aplastados bajo una nube densa de cemento y vulgaridad”.
Pensaba:
—“¿Serían de la misma categoría social las posadas de Belén y harían María y José la misma peregrinación que hicimos nosotros hasta que encontramos sitio en una?”
Y seguí comparando. También este hombre era emigrante como aquella pareja. También pasaba frío, hambre, miedos, y desprecios.

Nos hicimos casi amigos. Íbamos mojándonos caminando lentamente (mis pies no me permitían mas). Cuando dije que pasaría las Navidades con la familia se emocionó:
—“¡Qué bien, con la familia!. Es lo más bonito”.
Al fin pude sacarle un vale para dormir y otro para cenar y desayunar —también en restaurantes negaron que se sentara en el comedor con los clientes y tuvimos que recorrer varios de la zona— y al día siguiente a las dos en punto estábamos otra vez en la estación a por comida y a por el billete.
Cuando llegó el tren se reanimaron sus ojos. Eso era el principio de una nueva ilusión. Se despidió con un abrazo agradecido y me pidió un teléfono o una dirección porque estaba seguro de que trabajaría y podría devolverme lo que había gastado en él.

Cuando me acuerdo de Asaí con sus ropas ajadas, sus ojos negros y esperanzados, su expresión de forastero, pero amable, cortés, agradecido y decidido a conseguir una vida digna, me vuelvo a preguntar:
— “¿No podemos hospedar a María y a José todos los días del año?”
—“¿No podemos proporcionar la ilusión de la Navidad el día que se cruza en nuestro camino un miembro cualquiera de la sagrada Familia?”
Contamos los episodios de María y José porque están lejos en el tiempo, pero no los percibimos cuando pasan a nuestro lado hoy. Y desconfiamos como desconfiaron de la sagrada pareja.

Asaí, yo también estoy tocada de la desconfianza de mi sociedad. No me fié de ti y te lo dije claro. Te proporcioné lo que necesitabas, pero no te di el dinero. Me dio miedo de que lo usaras mal.
Ojalá encuentres también tu Belén y que en tu vida se encarne Dios.

Felisa Fernández Cabañas
(Burgos, 2000)

SENTIMIENTOS, por Fely Barrio


SENTIMIENTOS

Hay horas en que nuestro pensamiento se adentra caminando por el mundo de los sueños, puebla los espacios mágicos de esperanzas, remueve lo más hondo de su ser tratando de encontrar respuestas, señales a los enigmas que aún no conocemos. ¿Estamos solos en la inmensidad del universo? ¿De dónde venimos? ¿De qué barro estamos hechos que no somos capaces de detener tanta sangre vertida en el mundo movidos por el ansia de alcanzar dinero y poder?
La mente se debate volando en medio de la nada con las alas de la imaginación, las únicas que no pueden cortarnos, ni poner fronteras. Llena los espacios de ilusión, de fe en la raza humana.
La navidad se acerca, en el lienzo azul deja escrita esta petición a los Magos de Oriente: PAZ PARA EL MUNDO Y SENTIDO COMÚN PARA LAS GENTES.

Fely Barrio
(Diciembre, 2008)

LA MEMORIA NO LA PUEDEN ARREBATAR, por María Gloria Lombana

[Una fotografía de Gustavo Pinela]

LA MEMORIA, NO LA PUEDEN ARREBATAR

León, 22 de Noviembre 2008.
En recuerdo de mi abuela.
María

Hace años observé, parada ante la entrada principal del majestuoso edificio de San Marcos, la imagen de una joven con los ojos llenos de lágrimas y con sus brazos cruzados sobre el pecho, como sujetando los latidos de su corazón. Me causó una fuerte impresión, me acerqué y le ofrecí mi ayuda.
—Gracias, es usted muy amable —esbozó una tenue sonrisa— acabo de regresar, me fui siendo niña, los recuerdos han vuelto, y ante este impresionante edificio sólo puedo ver sus oscuras entrañas, la imagen de una “anciana”, delgada, vestida de negro, con mantón, zapatillas y almadreñas, está sentada sobre una piedra, tal vez más valorada que ella misma por aquello de la historia… A su lado un niño que come con avidez el pedrusco de pan que generosamente, ella, cada día, le cede de su rancho. Lleva allí más de diez días sin saber por qué, tratando de consolar y proteger al desvalido niño, a sus padres les montaron en un camión y se los llevaron, mientras a ella la arrancaban brutalmente de los brazos de su madre; están allí los dos, son seres sin identidad, unidos por la sinrazón; ella es mi abuela, él, un niño huérfano, mañana regreso a mi exilio, tal vez algún día pueda regresar...
De un manotazo limpió sus lágrimas, de nuevo me agradeció y, con paso desafiante, se alejó de mí.
Hay cosas que perduran a través de los años, ésta es una de ellas.
María

lunes, 2 de febrero de 2009

INVIERNO, por Nely García

[Un óleo de Nely García]

INVIERNO
El invierno se acerca,
hoy he tomado conciencia,
las hojas van cayendo,
los anhelos de ayer se están muriendo.

Me invade la tristeza
de saber que el tiempo ya ha pasado
y de haber puesto la esperanza en un mañana,
como si de infinito se tratara.

Hoy he visto mas claro y ya no hay tiempo,
y tiempo ¿para qué? yo me pregunto
si mi yo interior siempre es el mismo,
el envoltorio exterior es lo que cambia
y busca siempre el complemento que le falta.

¿Será cuestión de tiempo?
o en el germen del ser algo no encaja
y es preso del error de sus vivencias,
pues los árboles no pueden dar su fruto
si no están completos en su esencia.

EL PASO DE LOS AÑOS, por Nely García

[Un óleo de Nely García]

EL PASO DE LOS AÑOS


—Los años pasan, y pasan—
convierten en rutina los veranos ardientes
ilusiones marchitas, recuerdos inocentes,
el sol que calentaba los cuerpos y las mentes,
el tiempo lo convierte en estado latente.

—Apagado y no muerto—
nostalgias del pasado calientan los recuerdos,
la mente lo idealiza, y se pierde sintiendo,
añorando vivencias, se convierten en sueños,
su corazón no sabe si lo soñado es cierto.

—Espera sin esperar—
una nube lo envuelve, ignora si ha pasado,
o es algo que vuelve, con su sol apagado,
no sabe dónde va, o lo que está esperando,
o si los años vividos le sirvieron de algo.

Y el tren de la vida lo lleva veloz
hacia el fin del trayecto, misterioso lugar,
aun sabiendo que existe, cuando quiere nombrarlo se queda sin voz,
y mira resignado en su paso fugaz,
perdida la mirada, no queriendo llegar.

Nely García

EL TRABAJO PUEDE SER UN CUENTO, por Pablo Barrio


EL TRABAJO PUEDE SER UN CUENTO

Érase una vez un abuelo que se llamaba Anacleto, aunque todo el mundo le conocía por el abuelo Cleto. Tenía cuatro nietos. Dos niños de su hijo el mayor, un niño de su segunda hija, y una niña llamada Lucía de su hija pequeña. Se decía a sí mismo que a todos los nietos les quería por igual. Pero lo cierto es que en el fondo, y analizando sus sentimientos, admitía que se sentía más a gusto en compañía de su nieta Lucía. El motivo podía deberse a muy diversas circunstancias. El buen anciano no podía decir a cuáles, puesto que la niña, según su parecer, era un dechado de virtudes toda ella, aunque sus padres, su madre sobre todo, dijeran que era un tanto caprichosa, díscola y muy desobediente.
—”Será con ellos —pensó el abuelo Cleto—, que lo que es conmigo, es obediente y cariñosa a más no poder…”
Ya había cumplido ocho o nueve añitos, no lo sabía muy bien, a pesar de lo cual siempre que tenía ocasión estaba a su lado haciéndole mimos y carantoñas, cosa que gustaba muchísimo al abuelo Cleto. Lo mismo que cuando le decía que ella era muy buena y que no hiciese caso de lo que decían sus papás sobre lo mal que se había portado, ya que quería hacerles caso, pero siempre que a ella la hiciesen caso también, y se lo decía de una manera tan cariñosa y tan dulce, que no le quedaba más remedio que dirigirse a su mamá, que era su hija, con el objeto de que le explicase el motivo por el que había reñido a Lucía.
—“Te tiene muy engañado esta niña papá —empezó diciéndole su hija—. Contigo se muestra muy sumisa y obediente porque sabe que tú no le dices nada, y no sabes lo que hace cuando tú no estás. Esta tarde sin ir más lejos, a pesar de decirle que no saliese a jugar al patio con Merceditas sin antes terminar de hacer los deberes, en un descuido se bajó y cuando me di cuenta, miré por la ventana y estaban jugando las dos. Y lo peor es que cuando lleguen los exámenes ya veremos las notas que trae. Tú sabes que yo no la quito de salir a jugar nunca; pero antes tiene que hacer los deberes y lo que se le mande. Así que no la mimes tanto, que es muy lista y sabe bien que tanto tú como su padre la consentís todo y la estáis malcriando. Y yo sola no puedo con ella.”
Mientras su madre hablaba, el abuelo Cleto notó que a Lucía le salían los colores a la cara, por lo que ante las explicaciones dadas por su madre, optó por decirle que no le parecía nada bien ese comportamiento, por lo que tenían que hablar muy seriamente sobre el asunto. Y empezó diciendo:
—“¿Recuerdas cuando eras más pequeña que la mayoría de las noches antes de dormirte, me decías que te contase un cuento y yo te lo contaba de mil amores y te dormías? Pues ahora te voy a contar uno, que espero que te guste, pero tienes que prometerme que vas a hacer lo que diga el cuento, pues aunque se trate de un cuento, en realidad es una manera de diversión diferente a las que conoces, y que si lo haces bien te dará muchas satisfacciones. ¿De acuerdo?”.
—“Esta bien, abuelo —le contestó la niña—, pero no sé cómo voy a hacer algo de lo que diga un cuento. No lo entiendo. ¿Cómo se titula el cuento?”.
—“El título puede ser lo mismo “El cuento del trabajo” que “El trabajo no es cuento”. El caso es que empieza así:
Había una vez una niña que tendría siete u ocho años, como tu más o menos, y que casualmente se llamaba también Lucía, que algunas veces hacía pasar malos ratos a sus padres por no obedecerles, ya que prefería ir a jugar cuando tenía que hacer los deberes del colegio, y cuando su mamá la necesitaba para cualquier menester. También esa niña tenía un abuelo, que podía ser como yo también, el cual, advertido de lo mal que se portaba su nieta en alguna ocasión, un día la preguntó:
—“Oye Lucía; ¿sabes lo que es el trabajo?”.
—“Claro, no soy tan tonta; es lo que hace mi papá en la empresa donde está”.
—“Muy bien, pues mira; con ese trabajo que hace tu papá y con el dinero que gana con él, os puede mantener a toda la familia y, a ti en particular, darte todos los caprichos posibles y comprarte tantos juguetes como los que tienes en tu cuarto, entre otras muchas cosas, claro. Pero no creas que tu mamá aunque esté en casa no trabaja. Su labor es muy importante. Tiene que atender todo lo concerniente a tu papá y a ti, en cuanto a, por ejemplo, la ropa que os tenéis que poner, lavar, planchar, etc. aparte de hacer la comida para todos, limpiar la casa, y otro sinfín de quehaceres, entre los que son muy importantes también cuidar de que hagas los deberes que te mandan en el colegio, y enseñarte a ser una persona responsable y bien educada para cuando seas mayor. Pero tú también, aunque no te lo creas, haces tu trabajo, si bien a regañadientes y con gran esfuerzo, a costa de poner de muy mal humor sobre todo a tu mamá, que es la que te obliga a hacerlo. Mira: tu trabajo consiste, por lo menos hasta que seas mayor y puedas empezar a ganar dinero en alguna empresa como papá, en estudiar mucho y con mucho provecho sacando las mejores notas posibles, y sobre todo, y lo más importante, en obedecer siempre que tu mamá te mande algo, ya que nunca, tenlo bien presente, ¡nunca! te ordenará o mandará algo que no puedas hacer o que sea perjudicial para ti. Ese es todo tu trabajo. Estudiar y obedecer. No creo que sea difícil, ya que si lo haces bien, aparte de tener la satisfacción que ese mismo trabajo te proporcionará; podrás disponer de mucho más tiempo para jugar con tus amigas o con quien te apetezca, pues una vez terminado el trabajo que tu mamá te ponga, y que en este caso ella será como tu empresa, te dará cuantos permisos la solicites y con mucho gusto, ya que verá en ti a una trabajadora ejemplar.
Y el abuelo que podía ser como yo, acabó con el consabido “colorín colorado”, este cuento se ha acabado.
—¿Qué? ¿Te ha gustado Lucía?” —le preguntó el abuelo Cleto a su nieta—. No olvides que me has prometido hacer lo que decía el cuento. A ver si lo cumples.”
—“Bueno, contestó la niña, pero eso ya me lo sabía yo. Lo que pasa es que es muy difícil hacerlo. Pero te prometo que lo intentaré, abuelo.”
—“Está bien, con esa promesa me conformo de momento. A ver si conseguimos entre los dos, que tu mamá no me vuelva a decir que eres una desobediente y malcriada… Y como ya es tarde, me voy hasta dentro de unos días que volveré a veros. Un beso.”
—“Adiós, abuelo” —le dijo la niña dándole un beso que al abuelo Cleto le supo a gloria.

A los pocos días al abuelo Cleto le llamó su hija por teléfono para decirle: “Pero papá: ¿Qué es lo que la dijiste a Lucía el otro día? Está totalmente cambiada.”
—“¿Para bien o para mal?” —le contesta el abuelo.
—“Para bien, desde luego. Yo no podía creerlo. Escucha. El otro día le llamó Merceditas para que bajase a jugar como hacía siempre, y Lucía le contestó con la mayor naturalidad: “Lo siento, ahora no puedo. Estoy trabajando. Cuando termine, si me dan permiso ya bajaré.” ¿Qué te parece? Y ahora, nada más venir del colegio se va a su cuarto diciendo: “me voy a trabajar”. ¡Increíble!.”
—“Eso es estupendo, hija. Le dices de mi parte que el trabajo no es ningún cuento, y que mañana os iré a ver y a ella le llevaré un regalo.”
Cuando se vieron la nieta y el abuelo se abrazaron fuertemente, mientras la niña le decía: “Tenías razón, abuelo, el trabajo no es ningún cuento, pero gracias al cuento del trabajo he descubierto muchas cosas, y me gustan. Y además, tengo intrigadas a mis amigas, pues no comprenden nada cuando les digo que tengo que trabajar. Es una gozada. Gracias abuelo”.
Y desde entonces, Lucía se volvió mucho más estudiosa y obediente gracias al trabajo.